¿Qué
es el TDAH?
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El
TDAH, es el trastorno por
Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, que muchos niños y adultos
presentan. Es un síndrome viocomportamental, del desarrollo crónico de
presentación heterogénea según el momento de desarrollo, de origen innato
genético del campo de la atención, que
incide en el control de los impulsos, la regulación del nivel de la actividad.
Es hereditario y ambiental. Es
un trastorno neurobiológico, cuyos síntomas provocan en el niño las siguientes conductas:
Hiperactividad
Presenta un nivel superior e inapropiado de actividad dada su
edad. Por eso hay que atender a los
siguientes signos:
-Juega o mueve inquietamente dedos, manos, o pies y/o se retuerce
en el asiento.
-Deja su asiento en el aula o en otras situaciones en las que se espera
que permanezca sentado.
-Corre y/o trepa en exceso en situaciones en las que es
inapropiado (en adolescentes y adultos este criterio debe limitarse a los
sentimientos subjetivos de desasosiego e impaciencia). 21
-Tiene dificultades para participar o disfrutar de actividades de
descanso y ocio.
-Está como en funcionamiento permanente y/o a menudo está en
acción como si estuviese impulsado por un motor.
-Habla excesivamente.
Impulsividad
Le cuesta
controlar sus conductas, emociones y pensamientos. Presenta los siguientes
signos:
-Comienza a contestar o hablar antes que la pregunta se haya
completado.
-Tiene dificultades en esperar su turno en juegos o
conversaciones.
-Interrumpe o se entromete
en las actividades de otros.
Inatención
Tiene una gran dificultad para prestar atención y concentrarse.
Presentando las siguientes actitudes:
-No puede mantener la atención focalizada en los detalles o comete
errores por falta de cuidado en las tareas escolares, laborales y/o en otras
actividades.
-Tiene dificultad en
mantener la atención en tareas o en el desarrollo de actividades lúdicas.
-No parece escuchar cuando se le dirige la palabra.
-Falla en el intento de
seguir las instrucciones y/o fracasa en completar sus actividades escolares,
tareas domésticas u obligaciones en su lugar de trabajo (no debido a conductas
de oposición o dificultad para comprender las indicaciones).
-Tiene dificultades en organizar sus tareas y actividades.
-Evita, manifiesta
desagrado y/o rechaza comprometerse en la realización de tareas escolares o
caseras que requieren un esfuerzo mental sostenido.
-Pierde los elementos
necesarios para sus tareas o actividades, ya sea que se trate de hojas,
encargos escolares, cuadernos, útiles, juguetes, herramientas, etc.
-Es distraído por estímulos
extraños.
-Se olvida de las
actividades de realización cotidiana.
Estos síntomas no siempre
están presentes conjuntamente; de hecho, existen distintos subtipos de TDAH, según
los síntomas predominantes:
HIPERACTIVO-IMPULSIVO.
INATENTO.
COMBINADO.
Los síntomas del TDAH suelen
provocar en los niños problemas familiares, sociales y académicos. Esto puede
dar lugar a una serie de trastornos asociados (trastorno negativista, desafiante,
trastornos de conducta o síntomas, depresivos, entre otros).
Estos conflictos pueden aparecer de forma conjunta
cuando, ha pasado mucho tiempo
sin
haber tratado el TDAH correctamente. Sin embargo, muchas veces surgen por otras
razones
y son confundidos con este trastorno. Por ello, a la hora de realizar un buen diagnóstico
es fundamental distinguir entre aquellos
trastornos que se parecen al TDAH, pero que no lo son, y que surgen como
consecuencia o independientemente del
mismo.
Generalmente el diagnóstico de TDAH se
realiza después de los 6 años, pero no significa que no existan indicios o síntomas
que los padres o familiares cercanos al niño no puedan detectar cuando aun son
lactantes.
ETAPAS DEL
DESARROLLO del TDAH
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Los bebes con TDAH, presentan un llanto frecuente sin
motivo y es difícil de consolarlos. Tienen alteraciones en el ciclo del sueño,
dificultad a la hora de alimentarse debido a que lloran sin parar. Son niños excesivamente
soñolientos, ya que duermen mal y
presentan una excesiva actividad o inquietud motora, son sensiblemente irritables, también tienen
problemas en el aprendizaje del control de esfínteres.
Los niños a partir de los dos años se
caracterizan, cuando presentan este trastorno, por una inquietud motora permanente,
curiosidad excesiva (pueden llegar a desarmar sus juguetes pero no porque les
interese su funcionamiento). Se los puede observar jugando vigorosamente y en
forma destructiva. Son niños demandantes con sus padres, desobedientes,
disruptivos conductualmente (tienen rabietas frecuentes) y un sueño disminuido
en relación con otros niños de su edad.
Estos niños al llegar a su edad escolar continúan
preservando algunas conductas de la primera infancia, que han exacerbado,
interrumpen la clase permanentemente, tienen un tiempo corto de atención
sostenida para su edad, presentan un bajo rendimiento académico, que los lleva
a tener una muy baja autoestima. El índice de cumplimiento de reglas y de
tareas escolares es bajo, como así también las del hogar. Les cuesta participar
en actividades grupales lúdicas o académicas. Generalmente presentan
dificultades para completar tareas y consignas, sus conductas son inconstantes
e impredecibles. Todos estos síntomas afectan su desarrollo académico y social,
comprometiéndose de esta manera el autoconcepto de si mismo.
EL PRINCIPAL INTERROGANTE DOCENTE
SOBRE EL NIÑO CON TDAH
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Los docentes muy frecuentemente se
preguntan porque los niños con TDAH, tienen un muy bajo rendimiento escolar, si
poseen un nivel de inteligencia estándar o incluso superiores para
los niños de su edad. Esto es porque generalmente se estima que los niños con
TDAH rindan por debajo de sus posibilidades. Son una consecuencia directa de
las características propias del trastorno por Déficit de Atención con o sin
Hiperactividad. Ya que son niños, que al tener un tiempo corto de atención
constante no siempre están atentos a todos los estímulos áulicos ni a las
consignas planteadas, lo que les juega en contra al momento de concretarlas,
porque cuentan con una información parcializada o recortada. Las posibilidades
del niño con TDAH, de participar activamente del
trabajo en el aula son muy bajas, debido a lo anteriormente
mencionado. Es por eso que el docente debe comprender estas necesidades y
adaptar sus formas didácticas de trabajo en el aula, como acortar los tiempos
de explicación o exposición de un tema. Estos y otros comportamientos presentes
en los niños con TDAH, provocan desorientación en los docentes acerca de las
formas metodológicas que deben emplear, para que el proceso de enseñanza aprendizaje
no sea aun mas complicado. Para esto le proponemos a los docentes agudizar su mirada en el aula y evaluar nuevamente al
grupo teniendo en cuenta las características de sus alumnos y del niño o
adolescente con el trastorno de atención.
El grupo necesita de un ambiente amistoso, donde el docente sea
quien esta a cargo efectivamente del aula. Su imagen sea justa y equilibrada para
la resolución de problemas. Sea alguien, ubicuo, que demuestre los mismos
valores que pretende que sus alumnos posean. Este debe ser un líder del aula
que promueva procesos participativos de aprendizaje.
El ambiente debe ser estructurado, todos
deben conocer esa estructura, debe existir una comunicación efectiva y
estrategias de control (castigos), como así también un sistema de refuerzos de
lo positivo y de lo negativo.
La metas y los valores que se manejan en el
aula deben estar claramente definidos y visualizados por el grupo de alumnos,
donde exista un sistema de manejo para la vida cotidiana, es decir una
organización temporal, que le ayudara al grupo en general y sobre todo es
necesario para el niño o adolescente con TDAH.
CONSEJOS UTILES PARA PADRES Y DOCENTES PARA ABORDAR EL
TDAH
Para los padres nunca es fácil enterarse
de que su hijo sufre TDAH. Sus reacciones ante esta situación suelen ser
parecidas, siendo las más comunes el:
Desconcierto
Se da en aquellos padres con niños muy pequeños cuyos síntomas son
controlables en el ámbito familiar. Por esta razón, no pueden comprender que el
niño tenga problemas en el colegio.
Negación
“Esto no le puede estar pasando a mi hijo, a mi familia”. La
negación surge del miedo a que su hijo sea rechazado por amigos, familiares y
profesores. En estos casos, negar los síntomas de TDAH no protege al niño del rechazo
social, sólo le impide recibir ayuda adecuada.
Enfado
Tiene que ver
con la frustración ante la sospecha errónea de que el niño podría superar su
problema si se esforzara lo suficiente. Por otra parte, los padres sienten rabia
hacia sí mismos, por sentir que le han fallado a su hijo.
Culpa
De entre todas las preguntas que podrían llegar a surgir ante un
diagnóstico de TDAH, la más angustiante es: “¿Es culpa mía que mi hijo sufra
este trastorno?”. De ahí, surgen dudas sobre cualquier hecho que haya podido
generar un TDAH en su hijo (descuidos durante el embarazo, la
educación que le han proporcionado al niño o posibles traumatismos que éste
haya podido sufrir).
Miedo
Esta sensación se produce ante el desconocimiento del TDAH y suele
paralizar a algunos padres. Surge el miedo al rechazo social, temor ante la
posibilidad de que ellos mismos padezcan TDAH, preocupaciones acerca de si el
niño tendrá amigos, si llegará a tener pareja, si podrá ir a la universidad o
sabrá ganarse la vida.
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Rechazo
Puede estar dirigido hacia el niño, hacia el personal médico o
hacia otros miembros de la familia. La sacudida de sus expectativas hace que a
muchos padres les cueste aceptar al niño como una persona con capacidad plena
de desarrollo.
Desilusión
Ante la posibilidad de que su hijo no sea perfecto. Los padres
deberán tener mucho cuidado a la hora de enfrentarse a este sentimiento. Su
frustración puede llevarles a no aceptar al niño tal como es y a exigirle cosas
que él no puede hacer, lo que le generará sentimientos de hostilidad y
resentimiento.
Alivio
Algunos padres sienten un verdadero alivio al enterarse del
diagnóstico. Al ser el TDAH un trastorno de carácter genético, se sienten menos
culpables e incompetentes en cuanto a la educación de su hijo. Además, la
identificación del trastorno los hace conscientes de la posibilidad de recibir
ayuda.
Es importante que los padres que se
enfrenten a un diagnóstico de TDAH conozcan la cadena de reacciones que este
trastorno puede generar sobre ellos; éstas pueden dar lugar a conductas
paternas ansiosas o agresivas que resultan muy perjudiciales para el niño.
Además, de esta forma se sentirán menos solos y podrán reflexionar sobre las
causas y consecuencias de su comportamiento. A su vez, les será más fácil
aliviar su ansiedad y encauzar sus esfuerzos hacia la búsqueda de la mejor
forma de educar y comportarse con su hijo.
Una
vez superadas las primeras reacciones ante el diagnóstico, usted estará
dispuesto a conocer en profundidad el problema de su hijo y tendrá una actitud
más confiada y positiva. En este punto comienza una fase de formación cuyo
resultado le
ayudará a sentirse mejor y a estrechar la relación
con él.
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Para el docente, quien recibe al
niño con TDAH y por lo general tiene la responsabilidad de detectar, lo que la
familia o el pediatra que atienden al niño, no han efectuado hasta su
escolarización, de tener en cuenta los siguientes consejos:
-
Para asegurar y mantener la estructura del aula no vacile en proporcionar
listados de las reglas básicas y/o colocar recordatorios a la vista del niño.
-
Controle el nivel de distractores y/o estímulos presentes en el aula.
-
Proporcione instrucciones breves, simples y claras. No vacile en repetirlas.
-
Proporcione instrucción multisensorial.
-
Obtenga la atención del niño antes (comportamiento pre-atentivo) y durante la
instrucción. Demande que sostenga contacto visual con usted.
-
Siente al niño en una posición próxima a la suya y mantenga frecuente contacto
visual.
-
Intensifique la fase motivacional de la instrucción.
-
Llegue a un consenso con los padres para que éstos proporcionen un ambiente
hogareño tranquilo cuando el niño deba abordar sus tareas.
-
Seleccione compañeros de trabajo y/o banco que sean tranquilos y asertivos.
-
Seleccione, si es posible, compañeros “tutores”.
-
Organice los horarios de forma previsible y póngalos en un lugar visible del
aula.
-
Diseñe un horario con códigos de colores por materia y solicite que esos
colores se respeten en el forrado de los libros y carpetas respectivas.
-
Frecuentemente verifique el desempeño del niño.
- Efectúe evaluaciones más
cortas y más frecuentes.
- Verifique la diferencia
del rendimiento en pruebas orales y escritas. Eventualmente, privilegie las
evaluaciones orales.
- Premie, aliente,
apruebe y asista más que corregir y castigar.
- Tolere los movimientos
ociosos que no perturben el trabajo propio y/o ajeno.
- Facilite el despliegue
físico y salidas del aula como forma habitual de “descompresión”.
- Ante las situaciones de
disconducta intervenga más bien rápido que tarde.
-
Asegúrese que el niño conoce las consecuencias posibles de su disconducta.
-
Manténgase atento a los indicadores de tensión, stress, excitación y/o
aburrimiento del niño para actuar en forma preventiva.
-
Llegue a un consenso con los padres para que establezcan una moderada rutina en
el hogar.
-
Enseñe técnicas de estudio, planificación y memorización. Supervise su uso a
menudo.
-
Otorgue cierta estructura a los momentos sin instrucción.
-Proceda
con desatención selectiva. Ignore los comportamientos que juzgue innecesario o
contraproducente corregir o sancionar por el momento.
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Hasta aquí
le hemos brindado algunos concejos y características del TDAH y de la
importancia de mantener siempre una estrecha relación de trabajo entre familia,
médicos y docentes que se involucren con
estos niños.
Ahora
queremos presentarleS mas puntualmente un caso del cual encontramos en cualquier
escuela promedio de la provincia de Jujuy, y que aunque no tenemos un
diagnostico de TDAH ratificado, el conocimiento sobres el trastorno y sus
principales características, nos hacen suponer que estamos frente aun caso de
tdah.
Un niño de
clase media que concurre a una escuela publica de la capital de la provincia de
Jujuy, desde el inicio de su escolarización en el Nivel Inicial, siempre manifestó
dificultades de comportamiento, ante los cuales los padres en general habían adoptado
una actitud de aceptación, hasta que su niveles de paciencia eran
vulnerabilizados. Cuando Francisco pasó a primer grado, empezaron a evidenciarse notables
problemas de aprendizaje: era desorganizado con sus útiles, tenia falta de atención, lo que lo llevaba a
tener un lento proceso de adquisición de la lectoescritura y de otros
contenidos. En las horas de actividades corporales, no le gustaba trabajar en
grupo, fácilmente se aburría de las propuestas y deambulaba por el patio sin
respetar las pautas de trabajo, establecidas en la clase.
La falta de un diagnóstico y posterior,
tratamiento bien enfocados, fueron profundizando las dificultades escolares del
alumno, que no alcanzaba los estándares mínimos de rendimiento académico, a
pesar de manifestar una inteligencia media- alta.
Sus
producciones escolares eran pobres, siempre quedaba rezagado en su trabajo en
el aula y la consecuencia era un golpe tras otro a su debilitada autoestima.
El nivel de popularidad de Francisco entre
sus compañeros, era realmente bajo debido a que desde el Nivel Inicial, había
iniciado una cruzada de agresiones físicas y verbales contra ellos. En este
marco la situación áulica era complicada, porque la diversidad se plasmaba en múltiples
formas en un grupo numeroso. Los docentes a cargo, en general se encontraban
desorientados, sin mayor información de que pautas implementar con Francisco y
la didáctica y metodologías apropiadas para el y el grupo, que frecuentemente eran testigos, de las intervenciones de Francisco que boicoteaban
los procesos de aprendizajes.
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De a poquito y partir de la capacitación
sobre trastornos de aprendizajes realizado por el grupo de docentes de la institución,
que trabajaban con Francisco, fueron
implementado algunas de las estrategias pedagógicas adquiridas en la capacitación
y realizaron algunos acuerdos con sus padres para establecerlas, que su hijo
necesita de rutinas claramente planteadas para guiar sus actividades cotidianas
y de esta forma ayudarlo con sus problemas, que no solo estaban presentes en el
ámbito escolar.
Cerca del
fin del ciclo lectivo, se observaron algunas mejorías en Francisco
debido a los acuerdos establecidos con los padres y a la propuesta de trabajo
implementadas por los docentes, atendiendo a las necesidades pedagógicas de
este niño y del grupo en general. Pero consideramos que aun el trabajo con el
no se ha concluido, es importante seguir
evolucionando en esta forma conjunta de trabajo, entre docentes y padres pero, es necesario la
intervención medica que nos brindara la información necesaria y puntual para
seguir reestructurando las estrategias pedagógicas en el aula a partir del
diagnostico del Profesional.
Muy interesante
ResponderBorrargracias por visitar el blog y espero que la informacion te sea util
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